En este apartado vamos a analizar rápidamente una escena seleccionada del capítulo 1×03 de The Killing, titulado El Diablo. En esta secuencia, la investigadora Sarah Linden y su compañero Stephen Holder van a la casa de uno de los sospechosos de haber asesinado a Rosie Larsen.
1) Al inicio de la secuencia escuchamos una música extradiegética latente, casi imperceptible, pero que nos acompaña a lo largo de la escena. Oímos además unos llantos o gritos de un bebé de fondo, lo cual genera una tensión extra ya de por si y nos anticipa que algo va a suceder. Además el montador juega con encabalgamientos en J para anticiparnos sonidos que suceden en un futuro próximo, como el golpeo en la puerta del piso.
2) Se inicia en un primer plano sonoro un diálogo (voz principal) entre los personajes que se hayan en la pantalla. De fondo escuchamos sonido transmitido de una radio o una televisión, lo cual da vida a la estancia. Dota de realismo cotidiano la escena. Se sigue manteniendo la música extradiegética latente.
3) El diálogo pasa a ser voz secundaria. Los personajes que hablan se encuentran en el fondo del plano, ya no interesa lo que se dice, interesa la acción de Sarah Linden.
4) La música pasa a ser secundaria, tiene una mayor presencia. Se oyen sirenas de policía lo cual representa un peligro, amenaza. El golpe sonoro crea expectación, tensión y atención del espectador.
5) La mezcla musical es protagonista, pero no absoluta. Acompaña a la acción dotándola de mayor tensión. La mezcla de voces provoca confusión porque son prácticamente ininteligibles.
6) La acción acaba con una voz principal diálogo intentando negociar con el agresor y una voz secundaria de la madre del agresor gritando de fondo, lo cual hace que la situación sea tensa e insostenible. Hay un peligro. El grito ahogado de la mujer cuando su hijo salta por la ventana es desgarrador y nos transmite la ansiedad y el dolor por lo que le puede haber pasado a su hijo.
Realizado por: Jordi Montañana